Una nueva petición insta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a tomar medidas rápidas y decisivas para establecer directrices mundiales sobre la calidad del aire interior, con una recomendación clara sobre el límite mínimo de humedad en edificios públicos. Esta medida crucial reduciría la propagación de bacterias y virus transmitidos por el aire en los edificios y protegería la salud pública.
Respaldada por miembros destacados de la comunidad científica y médica mundial, la petición está diseñada no solo para aumentar la conciencia pública mundial sobre el papel crucial que desempeña la calidad del ambiente interior en la salud física, sino también para pedir enfáticamente a la OMS que impulse un cambio de política significativo; una necesidad crítica durante y después de la crisis de la COVID-19.
Una de las principales impulsoras de una directriz de 40-60% de humedad relativa reconocida mundialmente para edificios públicos, la Dra. Stephanie Taylor, MD, consultora de control de infecciones en la Facultad de Medicina de Harvard, conferenciante distinguida de ASHRAE y miembro del Grupo de Trabajo sobre Epidemias de ASHRAE, comentó: “A la luz de la crisis de la COVID-19, ahora es más importante que nunca escuchar la evidencia que demuestra que una humedad óptima puede mejorar la calidad del aire interior y la salud respiratoria.
«Es hora de que los organismos reguladores sitúen la gestión del entorno construido en el centro mismo del control de enfermedades. La introducción de las directrices de la OMS sobre los límites mínimos inferiores de humedad relativa para edificios públicos tiene el potencial de establecer un nuevo estándar para el aire interior y mejorar la vida y la salud de millones de personas.»
La ciencia nos ha demostrado tres razones por las que siempre debemos mantener una humedad relativa del 40-60% en edificios públicos como hospitales, escuelas y oficinas, durante todo el año.
La Organización Mundial de la Salud establece directrices sobre la calidad del aire interior en relación con problemas como la contaminación y el moho. Actualmente no ofrece recomendaciones sobre un nivel mínimo de humedad en edificios públicos.
Si se publicaran directrices sobre los niveles mínimos de humedad, los organismos reguladores de la construcción de todo el mundo tendrían que actualizar sus propios requisitos. Los propietarios y gestores de edificios, a su vez, tomarían medidas para mejorar la calidad del aire interior y cumplir con dicho nivel mínimo de humedad.
Esto conllevaría a:
Las infecciones respiratorias causadas por virus respiratorios estacionales, como la gripe, se han reducido significativamente.
Miles de vidas se salvan cada año gracias a la reducción de las enfermedades respiratorias estacionales.
Los servicios sanitarios mundiales se ven menos sobrecargados cada invierno.
Las economías mundiales se benefician enormemente de un menor absentismo laboral.
Un ambiente interior más saludable y una mejor salud para millones de personas.
Fuente: heatingandventilating.net
Fecha de publicación: 25 de mayo de 2020